"Solo es una amiga" y otros mitos para chicas despistadas
<<¿La chica de la foto? ¿Esa con la que tengo tantas vivencias, con la que he pasado momentos que han quedado registrados a vista de todos? ¿De la que conservo recuerdos y con la que tanto salgo y hago planes? Ah, esa es solo una amiga. Tranquila. No te preocupes.>>
Creo
que todas hemos pasado alguna vez por situaciones así. Y voy a permitirme
hablar en femenino, porque las chicas solemos ser las que más sufrimos este
extraño síndrome de conocer a un chico que a su vez tiene una amiga
incondicional de la que no se separa, de la que no deja de hablar, pero con la
que, en teoría, y siempre en teoría, no tiene, ni con la que se plantea, ningún
tipo de relación.
Llegados
a este extraño nivel, podemos clasificar a estos individuos en dos
subcategorías muy evidentes:
1º
El "la quiero/me gusta pero ella no siente lo mismo o está con otra
persona"
Huid.
No hay otra opción. Si estás conociendo a alguien que tiene enquistada a otra
persona lo mejor que puedes hacer antes de que tus sentimientos sean más
fuertes es poner zanja de por medio. Kilómetros y toda la distancia que puedas.
No
están juntos y probablemente no lleguen a estarlo, casi siempre porque la chica
en cuestión tiene ya una relación. Ojo, mucho cuidado, el que ella no esté
abierta a romance con "tu posible candidato" no quiere decir que se
aparte, de hecho se puede disfrazar de amiga y confidente, con el cuento de
conocerle desde hace más tiempo que tú y fingir que te echa cables para que
consigas tu objetivo. No te dejes engañar. El que no pueda estar con él no
significa que no quiera estarlo, o que no se lo haya planteado, y podría usarte
como una chivo expiatorio, una especie de cuerda que la mantendría cerca de ese
pecado sin tener que cometerlo.
Cabe
la posibilidad remota de que él llegue a considerarte como una plausible
sustituta de su Afrodita inalcanzable (aunque no a la altura del objeto
idealizado, lo siento), pero nunca estarás realmente con él y siempre notarás
el aliento de la otra en la nuca, vigilante.
Vivirían
una relación profunda, platónica y muy molesta a través de ti.
2º
El "seguro que al final terminan juntos"
Este
caso en particular siempre viene caracterizado por tener un séquito detrás del
sujeto al que estás conociendo, que hace mucho tiempo que ''ve'' la dirección
que toma la relación que tiene él con su amiga y esperan que en cualquier
momento, ''den el paso''.
Tú
empezarás a sospecharlo por las evidentes pruebas, por las fotos, los
comentarios, los emoticonos nada apropiados que se intercambian, o esas frases
tan ñoñas de buenos días, buenas tardes, buenas noches, he escuchado esta
canción y he pensado en ti. Dudarás, claro, porque él te ha dicho en su momento
que no hay nada, que solo es una amiga. Creerle será un gran error.
Vas
a ser la otra. Incluso si ni siquiera has tenido (vamos a ponernos victorianas)
una serie de citas encantadoras y reguladas con sus baremos de cenas, copa,
beso, cogida de manos...no importa, no hará falta, porque ya eres la tercera en
discordia, desde un principio.
En este
caso, al contrario que en la anterior categoría, la chica en cuestión no es un
fantasma incorpóreo del quiero y no puedo del tío, es muy real, y de hecho,
cabe la más que evidente posibilidad de que él decida de repente abrir los
ojos, sacudir la cabeza, darle la razón a todo el séquito y empiece una
relación con ella.
Te
dirás a ti misma ''¡pero si siempre pensé que había algo...!'' y todas las
conversaciones, posibles salidas o momentos pasados con el chico, todo lo que
os hayáis conocido, caerá en saco roto.
En definitiva, esa chica que forma ya
parte de la vida de la persona que has decidido conocer, del chico con el que
te planteas empezar a salir o tener una relación, nunca es solo una amiga, ya
sea por acuerdo tácito de ambos, por imposibilidad de uno de los dos para dar
el paso, porque todavía no les ha cambiado el chip o porque les da miedo
estropear lo que tienen por buscar algo más (este punto tiene demasiada miga
como para no dedicarle una entrada exclusiva), de modo que estate atenta, valora
y analiza muy bien hasta dónde estás dispuesta a llegar y cuánto maquillaje de
la realidad puedes soportar antes de subirte en una atracción para tres, sin
saberlo.
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